Nosotros
Nuestro club, nacido en 1908, es una buena síntesis institucional de preservación de tradiciones y de apertura hacia los cambios de una sociedad en permanente transformación.
En el club se practican competitivamente cuatro deportes: bowls, hockey, rugby y tenis. Cada uno de ellos está afiliado a su asociación correspondiente y estamos orgullosos de haber participado y seguir participando en las más altas categorías de estos deportes.
Somos conscientes de la importancia de promover la competencia deportiva en línea con los principios del “fair play”.
Sabemos, además, lo que significa participar hoy en día en deportes cuyos símbolos provienen no ya sólo de la práctica amateur, sino también del profesionalismo de alta competición.
Nuestros equipos deportivos de rugby, hockey y tenis siguen siendo tan amateurs como lo eran en su inicio; pero la influencia de los Pumas, las Leonas, Vilas, Sabatini, y todos sus herederos, han tenido dos consecuencias de enorme significación: han difundido y popularizado la práctica de esos deportes y generado una mayor exigencia física y técnica para participar de los mismos.
Esa difusión que ha enriquecido a nuestros deportes ha demandado y demanda, mayor infraestructura y mayor aporte de dirigentes ad honorem, tanto para la administración general del club, como para la administración de cada uno de sus deportes.
Nuestros valores están centrados en la práctica del “fair play”
No es sencillo compatibilizar las reglas de la vida deportiva amateur con los modelos que provienen de la práctica deportiva de alta competición y profesionalidad. Tampoco lo es amoldar las posibilidades de nuestro club a las demandas que provienen de la extensa red de clubes con los que estamos enlazados en nuestras prácticas competitivas cotidianas y que nos vincula a las entidades que nuclean a esos deportes, fijando reglas, controlando la disciplina y creando las condiciones para la competencia local, regional e internacional de la que, en forma más o menos directa, también somos parte.
Todo se encuentra teñido en nuestros días por la tradición amateur y, a la vez, por las demandas de la alta competencia profesional. No podemos sustraernos de esas dos tensiones, en buena medida contrapuestas, que nos obligan a encontrar siempre nuevos puntos de equilibrio, para honrar nuestra firme convicción de que el deporte, más allá de las crecientes exigencias físicas y técnicas, debe constituir un decidido aporte a la recreación y a la formación de personas que, desde su infancia, incorporen a su plan de vida la disciplina, la sociabilidad, la amistad con compañeros y adversarios, el deseo de superación y la capacidad para competir lealmente.
Saber estimular la competencia leal, respetando y haciendo respetar reglas, es tan valioso socialmente como estimular la cooperación y la solidaridad. Esos son los desafíos que debemos afrontar con otro componente de no menor importancia: nuestro club es, además, la casa de las familias cuyos hijos y nietos se forman deportivamente en ella. De allí la densa trama intergeneracional que explica, en muy buena medida, la constante formación del voluntariado que asume la administración del club y de cada uno de sus deportes con fuerte compromiso con el presente y con el futuro institucional. Dar cauce a las familias es hacerlo con todas las generaciones que las conforman. Somos un club deportivo profundamente respetuoso de sus veteranos y de los padres y abuelos que ponen en nuestras manos la formación de sus hijos y nietos con la esperanza de que sean buenos deportistas y mejores personas. Dar espacio a los mayores y dar espacio a todos los amigos de otros clubes que vienen a competir con nuestros equipos, o a presenciar las competencias, es una exigencia continuada.
Ser buenos anfitriones de nuestros invitados y brindar un espacio recreativo a nuestros mayores, ha sido y es un compromiso que complementa el significado del “fair play” que exigimos de nuestros deportistas y que deseamos imprima en ellos una indeleble pauta de conducta.